Romántico, soñador, canta a la nostalgia ya al amor, describe con palabras dibujando los momentos esenciales de la vida.
Un mito viviente: extravagante, seductor y misterioso. Para muchos, el único ídolo latinoamericano. Grande, Idolo, Maestro! El gitano, el hombre de la rosa, Roberto Sanchez, SANDRO!
Tres generaciones de argentinas, obviamente no solo ellas, siguen suspirando por este cantante que, a principios de los 60, tras clonar a Elvis Presley, se convirtió en un objeto de deseo popular y que hoy, a los 62 años, pone a prueba su leyenda.
En los primeros años del rock aun no se había inclinado por las baladas románticas que un par de años después lo lanzarían al estrellato. Sin embargo, ya había logrado cierta popularidad con algunos simples de puro rock and roll cantados en castellano y que lo habían llevado a presentarse en televisión, donde se lo conoció por su vestimenta a lo Elvis y sus movimientos pélvicos.
A partir de allí, este hombre comenzaría una carrera admirable. Sandro es Gardel porque fue lo más cercano a Elvis que dio el sur del mundo y, para la industria de la música, porque vendió miles (¿millones?) de discos.
Canciones como Dame fuego, Rosa, Rosa o Tengo inundaron las radios y los corazones. Protagonizó 16 películas y hasta hizo de James Bond argentino en Operación Rosa-Rosa!
Fue el primer latino en cantar en el Madison Square Garden, en abril de 1970. Miles y miles de inmigrantes latinoamericanos en Nueva York acudieron a la cita. El concierto se transmitió vía satélite. Fue todo un acontecimiento. Asi fue como apostó entonces por la canción romántica y abonó el camino de una de las más extrañas idolatrías que se conozcan en esta ciudad.
El Gitano no era un cantante romántico. Su manera provocativa de actuar en escena, tan a lo Presley conjugado con Sinatra; su voz grave, intimista o arrebatada; ese cachondeo incontinente, al borde del mal gusto, tuvieron una eficacia arrebatadora.
Lo que más atrajo siempre fue su personalidad enigmática, la ceja levantada, el tembleque de sus labios y sobre todas las cosas... el misterio que lo envolvía. Prueba de esto era que sus seguidoras, allá por los 70, comenzaron a arrojarle sus bragas al escenario como prenda de adoración.
Su lucha no ha culminado y su compromiso aun permanece. El embrujo de su voz se impone en todos nosotros gracias a sus canciones y sus hermosos poemas.
En un viaje solitario por el camino de la leyenda, en una noche de bebedores trasnochados y tabaco rancio, cuando el rojo carmesi de sus labios parecia incapaz de perder su textura, un disgusto incurable atraveso los pulmones de Sandro.
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Que ironia, Gitano! despues de aquel despliegue de Rosa Rosa, de tan temerarios exabruptos de tu sangre, verte actualmente ahi, asi quietecito, esperando. Que desgracia que el destino sea uno solo y no siete!
Y como bien dice Sandro: “Si solamente, una sola de todas las palabras de toda mi obra, te hace emocionar, sonreír o liberar alguna lágrima, entonces todo esto…no ha sido en vano.
Soy ceniza que nadie recoje,
Las canciones del Gitano, reverdecen de gracia y poder evocador. Recrean un mundo de sensaciones, un universo de pasiones encendidas.
ni las estrellas
tampoco yo te ofrezco
un castillo de ilusión
yo tengo para darte tan solo cosas buenas
triviales y sencillas
las cosas de este amor
Te propongo,
un amanecer cualquiera
aferrada de mi brazo
compartiendo una quimera
te propongo simplemente
Te propongo que me quieras."
Para emocionarse, para enamorarse y sentirse vivo!! Mil gracias...
Te Propongo
La Vida Sigue Igual
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