domingo, 4 de enero de 2009

El Hombre Elefante


¡Levantate! El animados del espectaculo grito su orden. Y desde un rincon oscurecido del cuarto, lo que habia parecido un monton de trapos sucios comenzo a moverse. Lentamente, una forma aforma va adquiriendo vida de apariencia inhumana comenzo a levantarse en la penumbra, tirando la sabana rota debajo de la cual se habia puesto. Un hedor de fruta podrida llenaba el aire al esforzarse la forma por pararse hasta el limite de su curveada estatura.

Finalmente, Joseph Carey Merrick se quedo quieto. En la penumbra de la vieja tienda, alguna vez utilizada por un verdulero, el arrojaba una extraña y desconcertante sombra; una horrinle caricatura de pesadilla de ser humano, o de algo medio humano. Aparentaba tener brazos y piernas de un humano. Pero su cabeza, cara y un brazo estaban tan grotescamente distorcionados que parecian representar el perfil de una bestia salvaje con una larga y colgante trompa. El desdichado y encorvado Joseph Merrick, la atraccion secundaria de la tienra rentada en el Nº. 123 Whitechapel Road, Londres, era el Hombre Elefante.

Afuera de la tienda, enfrente del famoso Hospital Londres, un cartel pintado llamativamente anunciaba al mas famoso de los fenomenos exhibidos en la Inglaterra victoriana.

Y era el atractivo mostruoso de Merrick que el animador del espectaculo podia cobrar con facilidad dos peniques por echar un vistazo a su preciado especimen. El Hombre Elefante era un gran negocio.

En 1884 un joven y ambiciono cirujano del Hospital de Londres cruzo un dia el camino para investigar mas alla del extravagante cartel que habia atraido su atencion desde una elevada ventana. Frederick -que despues llegaria a ser Sir Frederick- Treves, escribio acerca de la cartelera del espectaculo de fenomenos: "Esta muy cruda produccion mostraba a una espantosa criatura que solo podria ser posible en una pesadilla. Era la figura de un hombre con las caracteristicas de un elefante. La trasnfiguracion no estaba muy avanzada. Todavia habia mas del hombre que de la bestia. Este hecho, de que todavia era humano, era el atributo mas repelente de la criatura. No habia nada sentimiento de compasion que provocan los desfigurados o deformados, nada de lo grotesco de los fenomenos, sino simplente la insinuacion repugnante de un hombre que se esta conviertiendo en animal. Algunas palmeras en el trasfondo del dibujo sugerian una jungla y podian haber llevado a la imaginacion a asumir que era en esta maleza en donde habia merodeado este extraño ser"
Adentro de la tienda Treves tuvo su primer vistazo del Hombre Elefante. El patetico Merrick,
en ese entonces de 21 años, estaba desnudo hasta la cintura, descalzo y solo vestia unos pantalones rotos, carias tallas mas grande que la suya. Una enfermedad de la cadera lo habia dejado cojo y solo podia pararse derecho utilizando un baston. Un enorme crecieminto de hueso habia agrandado su cabeza hasta el grosor de la cintura de un hombre, casi escondiendose un ojo, y un segundo tumor retorcido habia torcido su boca en una forma parecida a una trompa. Treves describio la cara como totalmente inexpresiva y rigida, como un feo idolo nativo. Ambas piernas y un brazo estaban inflamados, deformados e inutiles, terminando en manos y pies no mejores que un remo, con dedos gordos y atrofiados. En fuerte contraste, n brazo estaba perfectamente formado con suave piel y una delicada y sensible mano, Un colega de Treves luego dijo sobre Merrick: "El pobre hombre...estaba deforme en cuerpo , cara, cabeza y extremidades. Su piel, gruesa y colgante, caia en pliegues, similar al costado de un elefante", de ahi su nombre de espectaculo.



Poco se sabe de la vida temprana de Merrick, que parece habaer aparecido de la nada como un horrible espectaculo-fenomeno en la parte este de Londres. Sin embargo, de acuerdo con su certificado de nacimiento, el nacio el 5 de agosto de 1862, hijo de Joseph Rockley Merrick y Mary Jane Merrick. Su madre una invalida, el hogar familar era un barrio pobre, y poco despues de su nacimiento, Joseph Merrick fue abandonado en un orfanatorio. Desde que tenia memoria, siempre fue exhibido como un fenomeno, pasando de un cuidador a otro y de un espectaculo al siguiente. Podia hablar, pero sus increibles deformidades faciales hacian que sus palabras apenas se comprendieran.

La unica vida que habia conocido era en un puesto de feria como objeto de burla, repulsion o humor malicioso; tan cerca de la muchedumbre que reia, frente a quienes se le obligaba a enseñar su asquerosidad de cuerpo, muy lejos de vivir una existencia normal. Se sabe que Merrick sabia leer, pero los unicos libros que logro obtener fueron la Biblia y novelas romanticas baratas. Era basicamente infantil, desconocia las cosas del mundo. Su idea del placer era encerrarse en un cuarto.

Despues de mucha persuasucion, Treves consiguio alejar al Hombre Elefante de su cuidador. El animador de espectaculos, Tom Norman, accedio a que lo examinara el cirujano. El examen se llevo a cabo, desgraciadamente justamente 24 horas despues la policia cerro el espectaculo Whitechapel Road y Merrick Y Norman desaparecieron. Merrick huyo al continente y tuvo varioss nuevos amos. Pero en los pueblos de Europa, exhibiciones del hombre elefante estaban siendo prohibidas y censuradas como degradantes. Con el tiempo, en Bruselas, dejos de ser un activo viable. Su ultimo amo le robo sus ahorros,le dio un boleto de tren para Londres y se lavo las manos de el. Merrick se encontraba solo, sin nadie a quien recurrir, sin nadie que lo quisiera y para mas remate sin ni uno, utilizaba una extraña y encubierta figura que escondia su cara con una gran gorra puesta de tal manera que evitara la investigacion por extraños sospechosos o desconfiados.
Treves, en un escrito sobre la vida del hombre elefante, escribio sobre el viaje que Merrick hizo a casa: "El viaje puede ser imagiando. Merrick se encontraba con su alarmante vestimenta de calle. Era acosado por la multitud al ir cojeando sobre el muelle, Corrian adelante de el para poder verlo. Levantaban la orilla de su bufanda para echar un vistazo a su cuerpo. El trataba de esconde
rse en el tren o en algun oscuro rincon del barco, pero nunca se libraba de miedo y aversion. Tenia solo unos pocos peniques en su bolsa y nada que comer o beber en el camino. Un perro aterrado por el panico, con una leyenda en su collar, hubiera recibido algo de simpatia y posiblemente algo de amabilidad. Merrick no recibia nada"

De alguna manera, sorprendente, Merrick logro llegara a la estacion de la calle de Liverpool, donde fue encontrado, aterrorizado, exhausto y acurrucado en la esquina mas oscura de la sala de espera, por un paco. Estaba agarrando su unica posesion, la tarjeta de presentacion de Federick Treves.

Treves fue llamado, pudo escoltar a la criatura que inmediatamente reconocio, a traves de una multitud boquiabierta hasta un taxi que los llevo al Hospital de Londres. Alli tuvo esperanzas de poder proveer un refugio permanente para Merrick, a pesar de una regla o incurables. Treves logro persuadir al comite de administracion del hospital para que hiciera una excepcion, asi comenzo la segunda vida del Hombre Elefante.

En una carta dirigida al periodico Times, el comite de administracion del hospital enmediatamente lanzo una peticion de fondos. En una semana, se reunio suficiente dinero para doder mantener a Merrick ahi por el resto de su vida. Se acondicionaron dos habitaciones de aislamiento para el. Ahora Treves podia comenzar la larga y ardua tarea de tratar de rehabilitarlo. Lentamente aprendio a entender el habla de Merrick. Y luego hizo un descubiemiento que habria que añadir a un nuevo giro tragido. En la mayoria de los casos de tal extrema deformidad fisica, Treces creia, habia tambien una falta de inteligencia y entendimiento que ayudaba a disminuir la conciencia que sobre su apareiencia tendria el sujeto. En el caso de Merrick, el habia sido bendecio -o quizas maldecido- con una mente sensitiva e inteligente, completamente consciente de su apariencia y desesperada por cariño.


Treves escribio: "Aquellos que esten interesados en la evolucion de la personalidad podrian especular en cuanto al efecto de esta vida bruta sobre un hombre sensitivo e inteligente. Seria logico supobner que se volviera un misantropo maligno y odioso, lleno de veneno y odio hacia sus compañeros humanos o, por otro lado, que se degenenaria un melacolico desesperado al borde de la idiotex. Sin embargo, Merrico no era tal ser. Habia pasado por el fuego y habia salido ileso. Sus problemas lo habian ennoblecido. Se mostraba como una criatura tierna, afectuosa y digna de cariño...libre de cualquier residuo de cinismo o resentimiento, sin una queja y sin palabra descortes para nadie, Nunca lo he escuchado lamentar su vida arruinada o resentir el tratamiento que habia recibido en las manos de cuidadores insensibles. Su gratitud hacia aqullos que lo rodeaban era patetica en su sinceridad y elocuente en la simplicidad infantil con la cual era expresada"

Gradualmente, bajo la tutela de Treves, Merrick progreso. Sin embargo, permanecia perturbado por una insistente duda. No podia comprender, o creer, que su estancia en el hospital de Londres seria permanente. "Cuando me va a trasladar?", le preguntaba a Treves, "¿y donde?". Pateticamente, pidio que si tuviera que ser trasladado, fuera a un faro, o a un asilo para ciegos, donde por lo menos estaria libre del ridiculo de sus semejantes. Poco a poco, la salud de Merrick comenzo a mejorar y su confianza crecia diaramente. "Estoy feliz cada hora del dia que pasa", le dijo a Treves, una expresion de jubilo que motivo al datado cirujano a intentar otro experimento mas.

Treves persuadio a una joven amiga para que que visitara a Merrick y pasara algun tiempo platicando con el. La joven accedio. Cuando entreo al cuarto de Merrick ella sonrio y extendio su mano. Merrick inclino su pesada cabeza y lloro. Pero sus lagrimas no eran de tristeza. El era un joven de solo 23 años, con sentimientos tiernos para cualquier cosa hermosa. Y era la primera vez en su vida que una hermosa mujer le habia sonreido, o siquiera tomado la mano.

Ese intento momento resulto ser otro punto de cambio en la vida de Merrick. Su fama comenzo a expanderse mucho mas alla de las paredes del hospital y mucha gente mostro gran interes en conocer al celebre hombre elefante. Se les permiria hacerlo, siempre y cuando se comportaran como invitados y no buscadores de cosas sensacionales. Pronto, el cuarto de hospital de Merrick fue decorado con fotografias firmadas por personas de alta sociedad victoriana que fueron a visitarlo. Pero su mayor jubilo aun estaba por venir…

Vino el dia en que fue visitado por su mas importante invitada, la Princesa de Gales (después reina Alexandra). Ella hizo una visita especial para tomar el te con Merrick. Esa visita fue la primera de muchas, y Treves luego escribio sobre citas reales del Hombre Elefante:

“La Reina . . . le mandaba cada año una tarjeta de navidad con un mensaje escrito por su propia mano. En una ocasión ella le mando una fotografia autografiada por ella misma. Merrick, bastante conmovido, loa tomo como objeto sagrado y apenas si me permitia tocarla. Lloraba sobre ella, y después de que fuera enmarcada la colgo en su habitación como una especie de icono. Le dije que debia escribirle a Su Alteza Real para agradecerle su gentileza. Esto lo hizo con gusto, ya que le agradaba de sobremanera escribir cartas, nunca antes habia tenido a quien escribirle. Yo permiti que la carta se despachara sin ser editada. Comenzaba ‘Mi querida Princesa’ y terminaba ‘Muy sinceramente’. No ortodoxa como era, estaba expresada en terminos que cualquier cortesano hubiera envidiado”

Al ir floreciendo la vida del Hombre Elefante hubo con mayor frecuencia, expediciones fuera del hospital. Una famosa actriz de ese tiempo consiguió una butaca privada para el en el teatro Drury Lane, donde le era permitido a Merrick utilizar el balcon real. Ahí, con un conjunto de enfermeras frente a el, en vestidos de noche, Merrick observada, paralizado, la entrada de un grupo de mimos al escenario. Quedo profundamente impresionado, aunque confundido. No se le ocurria que las actuaciones que estaba viendo no formaban parte de la vida real. Mucho después de su visita, hablaba de los personajes representados como si fueran reales y como si el espectáculo que habia visto estuviera sucediendo.
Una vez, se le permitio visitar el propio hogar de Treves, donde se quedaba boquiabierto de asombro en cada cuarto. El habia leido descripciones de casas amuebladas, pero nunca antes habia estado dentro de una verdadera casa. Tambien se encontro un refugio seguro en la cabaña de un guardabosques, para que Merrick pudiera disfrutar viajes al campo. Mirando desde las caravanas de espectáculos de fenómenos en sus anteriores viajes, el habia visto frecuentemente arboles y campos, pero realmente nunca antes habia caminado en un bosque ni cortado una flor. La estancia de Merrick en el campo fue un periodo de inmensa felicidad en su vida. Le escribia a Treves en extasis, mandandole margaritas, dientes de leon y botones de oro; flores sencillas, pero para el eran raros y hermosos objetos. En sus cartas, Merrick

contaba como habia visto pajaros extraños, como habia espantado a una liebre, como se hizo amigo de un perro feroz y como veia a las truchas nadar en el arroyo.

Después de permanecer unas semanas en el campo, Merrick regreso al hospital feliz de estar en casa con sus posesiones personales. Mas y mas trato de ser como los otros seres humanos. Pero sus deformidades se volvieron mas acentuadas, Un informe revelo la continuación de su tragedia:

“las masas oseas y los pliegues colgantes de su piel seguian creciendo constantemente. Los crecimientos de la partre superior de la mandibula y su integumento, la llamada trompa, se incrementaron haciendo su habla mas y mas difícil de entender. Sin embargo, el aspecto mas grave de la enfermedad del paciente era el incremento del tamaño de su cabeza, se volvio tan pesada que, a la larga, no la podia mantener erguida. Dormia sentado o inclinad, con sus manos alrededor de sus piernas y la cabeza sobre sus rodillas. Si se acostaba completamente plano, la cabeza tendia a caerse hacia atrás y producia una sensación de asfixia, si no es que la muerte”

Una noche, en abril de 1890, Joseph Carey Merrick, El Hombre Elefante, fue encontrado muerto en su cama. Murio por su desesperado deseo de ser como las demas personas. Y, en un desesperado y fatal ultimo experimento, trato de dormir plano y boca arriba.

Después de la muerte de Merrick, Treves tuvo el doloroso deber de disecar el cuerpo del hombre elefante y luego volver a montar sus huesos en un impresionante y deforme esqueleto que aun permanece hoy en dia. Debe haber sido un trabajo agonizante para el habil cirujano, que llego a sentirse muy cercano a su extraño paciente. Sin embargo, del hombre que una vez describio como “el espécimen mas repugnante de la humanidad” que el habia visto, Treves escribio finalmente este epitafio;

“Como espécimen de la humanidad Merrick era miserable y repulsivo; pero el espiritu de Merrick, si pudiera ser visto en forma de vivos, asumiria la figura de un hombre honrado y heroico, de aspecto suave y limpio . . . y con ojos que brillarian de intrepido valor”

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